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Uno de los programas más relevantes para fomentar la existencia de nuevas organizaciones de la sociedad civil es el programa de Coinversión Social del Instituto de Desarrollo Social (Indesol), aunque este año se decidió no transferir recursos del presupuesto a ninguna organización social, sindical, civil o del movimiento ciudadano para entregar los apoyos de manera directa y asimismo, se encuentra en una etapa de reestructuración para que su funcionamiento se lleve a cabo con apego a la normatividad.

Manuel Toral, en su escrito “Breve Panorama sobre la Sociedad Civil en México”, indica que 2017 ha sido el año con menor cantidad de proyectos de coinversión; mientras que en 2013 se financiaron alrededor de 1,400 proyectos, en 2017 fueron apenas 966, un decremento del 31%, esta tendencia de índole negativa dista mucho de la pendiente registrada a partir de 2004, particularmente después de haberse publicado la Ley Federal de Fomento a las actividades realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil cuando hubo un repunte evidente.

¿Por qué es tan importante no quitar el dedo sobre el renglón en cuestión de la creación y fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil en temas de seguridad y justicia? La respuesta recae sobre la creciente ola de violencia por la cual atraviesa México, si comparamos el número de carpetas de investigación registradas en el primer semestre de 2018 con las carpetas del primer semestre de 2019 referentes a delitos que atentan contra la vida y la integridad corporal (homicidio doloso, feminicidio y lesiones dolosas) observamos que pasaron de 87,965 a 91,303 CDI, representando un incremento entorno al 4%, siguiendo la tendencia de por lo menos la última década.

Así pues, es innegable que las autoridades han sido rebasadas, no es suficiente esperar recibir seguridad a cambio de otorgar algunas libertades como lo proclamaba Rousseau en su “Contrato Social”, es el momento de evolucionar hacia una Seguridad Ciudadana un tanto estancada en nuestro país, donde los pobladores somos copartícipes y en gran medida responsables de nuestra seguridad, observando lo último no desde un punto individual, sino colectivo.

De esta manera, la sociedad civil organizada y no organizada tiene un papel fundamental en los temas de seguridad y justicia, pues somos quienes contamos con información directa de nuestro entorno, útil para las y los tomadores de decisiones. No basta nuestra participación a través de reportes ciudadanos y denuncias en materia penal, lo cual continúa siendo una tarea ardua de incitar, por una parte, porque a nivel nacional 93 de cada 100 personas no denunciaron un delito según INEGI y la última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE).

Por otra parte, porque la impunidad a nivel nacional es elevada, ya que el promedio nacional de denuncias no esclarecidas a nivel nacional es del 96.1% según el más reciente estudio “Hallazgos 2018” de México Evalúa.

A pesar de que existen diversos factores que desalientan a la ciudadanía, debemos entender a la participación ciudadana en temas de prevención social de la violencia y la delincuencia como un derecho que se hace efectivo a través de la actuación de las personas, para tener un rol más activo para ser coproductora de la seguridad.

La elevada incidencia delictiva a pesar de la alta cifra negra hace menester que la sociedad civil organizada a través de los Observatorios Ciudadanos recolecte, analice y también produzca información del fenómeno delictivo que incida en la toma de decisiones y genere capacidades ciudadanas.

Además de la información oficial proveniente de fuentes oficiales como el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es necesario contar con datos de fuentes primarias que se transformen en información más allá de cifras y porcentajes que resulten en políticas públicas efectivas.

Pues además de los delitos que se registran diariamente, se comienzan a hacer visibles diferentes fenómenos sociales como resultado del hartazgo, tal y como lo es el linchamiento, que se ha venido agudizando desde el 2015.

He aquí la importancia de contar con sociedad civil organizada a través de observatorios ciudadanos que fomenten la participación ciudadana e incidan en un tema tan relevante como lo es la seguridad y la convivencia social.

FUENTE:
Incidencia delictiva del fuero común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, recuperado de:
https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-del-fuero-comun-nueva-metodologia?state=published


Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2018; recuperado de:
https//www.inegi.org.mx/programas/envipe/2018/default.html


México Evalúa “Hallazgos 2018” recuperado de:
https://www.mexicoevalua.org/2019/08/07/hallazgos-2018-seguimiento-evaluacion-del-sistema-justicia-penal-en-mexico/

Brenda Elguea Zanella
Israel Salomón Huerta Manzano
Emmanuel Roldán Loyola
Daniel Rivas Rodríguez

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